Ajuntament de Vila-real

viernes, 12 de mayo de 2017

Las carpas (Cyprinus carpio) tienen la misma consideración que los cangrejos rojos, las tortugas de Florida o los visones americanos; es decir, son especies invasoras que suponen una amenaza para la biodiversidad a escala mundial. Su incorporación al catálogo español de especies exóticas invasoras supone la prohibición de poseer ejemplares vivos o muertos, así como trasladar, transportar o comerciar con sus restos. La Guardería del Consorcio del paisaje protegido de la desembocadura del río Mijares recuerda que los ejemplares capturados no se pueden devolver al agua aunque se practique la modalidad de pesca sin muerte, es decir, se tienen que sacrificar. 

"Hay pescadores en el Mijares que se llevan las carpas muertas. Otros practican la pesca deportiva, significa que tienen la costumbre de sacar las carpas y automáticamente volverlas al agua, bien por desconocimiento o bien por desacuerdo", explica David López Serna, uno de los dos guardas del Consorcio que se encargan de controlar la pesca.

Las carpas comunes son originarias de Eurasia. Están presentes en más de 60 países diferentes de los cinco continentes. Según el Atlas y Libro Rojo de los Peces Continentales de España fueron introducidas en la mayor parte de Europa, desde una población procedente del Danubio, en tiempos de los romanos, y en España durante la dinastía de los Habsburgo. Es un pez que abunda en los embalses, tramos medios y bajos de los ríos como es el caso del Mijares. "La carpa tiene una larga lista de impactos sobre el medio y sobre las especies autóctonas. Una cuestión que se ha estudiado mucho es su capacidad para cambiar las condiciones ecológicas. Es una especie bentónica, se alimenta en el fondo y enturbia constantemente el agua impidiendo el paso de la luz. Por lo tanto, su presencia afecta a otros habitantes del río. Además, hay que recordar que es un pez omnívoro y puede depredar sobre otras especies autóctonas", detalla César Rodríguez, secretario general de AEMS Ríos con Vida.

El catálogo español de especies exóticas invasoras considera a los animales y las plantas incluidas en esta lista como los principales causantes de pérdida de biodiversidad en el planeta, circunstancia que se agrava en hábitats especialmente vulnerables como son las islas y las aguas continentales. La introducción de estas especies invasoras también puede ocasionar graves perjuicios a la economía, especialmente la producción agrícola, ganadera, forestal e incluso a la salud pública. "El protocolo que estamos siguiendo junto con el Seprona de la Guardia Civil y los agentes medioambientales es mucha información y concienciación a los pescadores y clubes de pesca durante los últimos meses, y a partir de ahora ya pasaremos a denunciar si no se cumple la sentencia del Tribunal Supremo", agrega el guarda del Consorcio. 

Los pescadores de los clubes que practican la pesca sin muerte en el coto creado en el Paraje Protegido de la Desembocadura del Mijares en 2015 a los dos lados del puente de Santa Quiteria, entre Almassora y Vila-real, ya son conocedores de la sentencia y lo que conlleva . La Guardería del Consorcio ha mantenido varias reuniones con los responsables del coto para recordarles que las carpas capturadas no se pueden devolver al río. "Entendemos el malestar de los pescadores que, a través de los años, han consolidado una práctica de captura y suelta", concluye Rodríguez.