Ajuntament de Vila-real

sábado, 23 de junio de 2018

La ciudad ya cuenta con el segundo paso de peatones en 3D, que mejorará la circulación y la seguridad de los peatones en la avenida Pío XII. Ubicado frente a la Biblioteca Universitaria del Conocimiento (BUC), forma parte del proyecto de convertir a Vila-real en un living-lab, en el que ya se están estudiando otras ideas innovadoras para la mejora de la movilidad y la seguridad vial. 

La concejala de Innovación, Mónica Mañas, ha acudido a la zona para comprobar el resultado final de este segundo paso, acompañada por la edila de Seguridad Ciudadana, Silvia Gómez, y por técnicos y representantes del área de Movilidad y de la Generalitat, como los ingenieros del Servicio de Seguridad Vial, Francisco Soria y José Jara, así como la ingeniera de Caminos, Ainara Juliá, y la ingeniera civil Araceli Balsalobre. "Con todos ellos hemos mantenido una reunión para estudiar nuevas ideas y proyectos sobre seguridad dentro del living-lab, con el objetivo de mejorarla", explica Mañas. 

"Este paso en tres dimensiones se suma al que ya se hizo en el mes de mayo frente al Estadio de la Cerámica, continuando así con el proyecto de living-lab, que cuenta con una cartera de nuevas aplicaciones que podrían ponerse en marcha e, incluso, desarrollarse por otros entes, ya que este paso ha suscitado mucha expectación", asegura. El objetivo es seguir ampliando las ideas o proyectos que faciliten la vida de los vecinos. 

La implementación de estas iniciativas parte de cuatro ejes fundamentales: los ciudadanos, las empresas, el conocimiento y la Administración. "Tras recibir las propuestas de los vecinos, se inicia la búsqueda de una solución innovadora a través de empresas locales y de la universidad -a través de la Cátedra Cerámica-, creando sinergias entre estos cuatro puntos, todos igual de necesarios para avanzar", indica.

En este caso, una empresa local asociada a Globalis puso en práctica una prueba piloto en el exterior del Centro de Congresos, Ferias y Encuentros que, en menos de dos meses, ya se ha trasladado a dos puntos de la ciudad, aunque todavía quedan pendientes de estudio otras zonas como el camino Ermita o los accesos a los colegios para llamar la atención de los conductores y obligarles a reducir la velocidad, además de ayudar a identificar los pasos y que el peatón vea atractivo usarlos. La pintura es antideslizante, garantizando así la seguridad de los vehículos a dos ruedas. "Estamos muy orgullosos de la acogida que está teniendo esta idea e invitamos a los ciudadanos a trasladar sus problemas y a las empresas a ofrecer soluciones y sumarse al living-lab", concluye.

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