Ajuntament de Vila-real

lunes, 3 de julio de 2017

La Concejalía de Territorio de Vila-real ha gestionado el expediente de disciplina urbanística que permitirá dar solución a la situación de "peligrosidad y ruina" en la que se encuentra la nave industrial donde, hasta hace escasos meses, se ubicaban los servicios de Cáritas, en la calle Senda Pescadors. Esta situación obligó a la entidad a desplazar sus servicios a otros recursos de la entidad, a la espera de poder reubicar el centro de transeúntes en el antiguo Patronato de la Consolación, con la colaboración del Ayuntamiento de Vila-real.

El expediente disciplinario gestionado por Territorio se dirige a la Fundación Bancaja, propietaria de la nave, y persigue garantizar la seguridad del entorno, así como de trabajadores y usuarios, ante la situación de "peligrosidad y ruina" en la que se encontraban las instalaciones. La intervención supondrá la demolición de todo el inmueble, con una superficie total de 4.376 metros cuadrados y un volumen de construcción de 22.103 metros cúbicos, que presentan graves problemas estructurales, debido a la presencia de aluminosis. Por este motivo, el propietario deberá hacerse cargo también de la retirada de 2.465 metros cuadrados de placas onduladas de fibrocemento con amianto, que deberá retirarse siguiendo la directiva de gestión y eliminación de este tipo de residuos. 

"El coste total de la obra asciende a 26.210 euros y se espera que antes de finalizar el año esté totalmente ejecutada, con un plazo de ejecución de seis meses", apunta el concejal de Territorio, Emilio M. Obiol, quien remarca la gravedad de la situación que llevó al consistorio a gestionar la intervención, "igual que se ha hecho en muchos otros casos similares". De hecho, la actuación se suma a la orden de derribo de cuatro casas en estado de ruina ubicadas en la calle Vicente Sanchiz que el Ayuntamiento ha emitido también recientemente al Banco Castilla-La Mancha, actual propietario, después de que en el último episodio de lluvias del invierno se desprendieran parte del techado y los voladizos de dos de estos inmuebles. En este caso, la intervención tiene un coste para la entidad bancaria de 35.000 euros, que dejará un solar de 643 metros de superficie. 

"Pocos ayuntamientos han gestionado la situación de riesgo en tantas instalaciones industriales o espacios por abandono, peligrosidad o ruina como este consistorio en tan pocos años", explica Obiol. En esta línea, el edil recuerda la desaparición de las naves en ruina de Fritta y Azuvi, junto a otros almacenes en la misma zona de influencia, así como en la carretera de Onda o la antigua estación de mercancías de Adif. "Esto demuestra que la gestión de la disciplina urbanística de este consistorio, desde el punto de vista de la peligrosidad, funciona a la perfección", apunta.