viernes, 4 de diciembre de 2020
Los 14 kilómetros lineales que conforman el Paisaje Protegido de la Desembocadura del río Mijares presenta desde hace unas semanas un aspecto admirable gracias al caudal continuo de agua que hay desde la salida del embalse del Sitjar en Onda hasta el Mediterráneo. Esta circunstancia extraordinaria ocurre desde principios del mes de noviembre con motivo del inicio del periodo de temporales de otoño en la provincia de Castellón.
A estas alturas se pueden apreciar imágenes tan inusuales, pero a la vez llamativas, como el salto o el paso de las aguas del Mijares por diversas construcciones hidráulicas como son saltando el pantano de Santa Quiteria o el azud de Les Reballadores o inundando el paso de la Cossa. De hecho, la visión más habitual es contemplar los últimos 10 kilómetros de río con un caudal de agua intermitente, sin continuidad fluvial, principalmente desde el azud comunitario de Almassora hasta la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Almassora (EDAR-Almassora), donde se vierten aguas tratadas al cauce del río.
El río Mijares, desde aquí hasta el Mediterráneo, vuelve a ser un río con unos caudales mínimos de agua. A principios del mes de noviembre la Confederación Hidrográfica del Júcar decidió llevar a cabo desembalses técnicos desde los pantanos de cabecera del Mijares como son Arenós, en la Puebla de Arenoso, y Sitjar en Onda, para evitar que lleguen al límite de su capacidad de almacenamiento y como medida de prevención para hacer frente al típico episodio de gota fría que se da durante el otoño en la provincia de Castellón y que puede provocar fuertes avenidas por desembalses sobrevenidos. A estas alturas se están soltando 4.500 y 4.000 metros cúbicos de agua por segundo desde los embalses de Arenós y Sitjar, respectivamente.
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