Construida sobre la antigua ermita de Nuestra Señora del Rosario se levanta la basílica de San Pascual, dedicada al patrón de Vila-real. La basílica está flanqueada por dos campanarios de 50 metros, en los que se encuentran la campana de volteo más grande del mundo y uno de los mejores carrillones del ámbito internacional.
La Real Capilla y el sepulcro de santo, inauguradas el 17 de mayo de 1992 con motivo del IV Centenario de la muerte de San Pascual, son obra del prestigioso pintor y escultor vila-realense Vicente Llorens Poy. En ellas, destaca el sarcófago sobre el que descansa la imagen yacente en plata de San Pascual y la celda donde murió, integrada en un retablo de 15 metros de altura. A la entrada de la basílica se encuentra la imagen de San Pedro de Alcántara (s.XVIII), obra maestra de Ignacio de Vergara, mientras que en la sala del Pouet del Sant se ubica el museo del santuario, con una amplia colección de obras religiosas.
El recorrido finaliza en el torno del convento anexo a la basílica, donde el visitante podrá llevarse consigo el popular cordonet de San Pascual, cordón de lana que elaboran artesanalmente las monjas clarisas del convento convertido en símbolo y talismán de Vila-real.
La capilla del Cristo del Hospital es el último vestigio del antiguo hospital cedido por el rey Jaime I a la ciudad de Vila-real en los años de su fundación, posteriormente convertido en monasterio de religiosas dominicas. De estilo barroco, destacan en su interior la capilla de una sola nave y bóveda de cañón y la decoración del ábside y la cúpula. El presbiterio, ornamentado con tallas de ángeles, guirnaldas y medallones dorados, guarda una copia del antiguo crucifijo hospitalario.
El convento de la orden franciscana es de una sola nave y coro elevado. En él destaca la decoración propia del siglo XVII, como las pinturas de su cúpula, los retablos que adornan las capillas laterales o, ya en su interior, su sorprendente claustro manierista. Tras el altar principal se halla la capilla de la comunión, de forma ovalada y coronada por una gran cúpula.
La ermita de la Virgen de Gracia, cuyos orígenes se remontan al año 1577, se encuentra en uno de los parajes más bellos de la Plana, el Termet, auténtico jardín botánico a orillas del río Mijares. Un arco de medio punto da acceso a la ermita, de estilo barroco, con nave rectangular y bóveda de crucería. Desde 1633, en su altar principal se venera la imagen de la patrona de la ciudad. El oratorio anexo, conocido como la coveta, guarda además una fiel reproducción de la imagen original de la Virgen del siglo XIV.
Declarada en 2005 Bien de Interés Cultural (BIC) de la Comunitat Valenciana, la iglesia Mayor San Jaime de Vila-real está considerada como la mayor iglesia de su categoría dedicada al culto de España. Fue construida entre 1752 y 1779, con planta de estilo barroco y decoración neoclásica. El campanario octogonal de su fachada principal, todo un símbolo de la ciudad, fue erigido en 1682.
En su interior se pueden contemplar pinturas con temas del martirio de San Jaime, obra de José Vergara de finales del siglo XVIII, así como los frescos del mismo autor de la capilla de la Comunión o importantes piezas escultóricas, como la escultura de San Jaime del maestro Amorós o La Verónica y el Santo Sepulcro de José Ortells, entre otros.
Del período fundacional se mantiene el centro de la vieja planta hipodámica de la villa, constituyendo la plaza porticada de gran sabor medieval en la que se aprecian hasta cuatro tipos de arcadas diferentes. Esta plaza de la Vila, declarada Bien de Interés Cultural en 1974 y monumento histórico-artístico, es el centro neurálgico de la ciudad. En una de sus esquinas, recayente a la calle Mayor San Jaime, se conserva el edificio que fue el antiguo Hostal del Rey.
La primera referencia histórica al puente sobre el Mijares que une Vila-real con el entorno de Santa Quiteria, en Almassora, data de 1275, cuando el Jaime I concede a Pedro Dahera, vecino de Vila-real, la fundación de un hospital y la supervisión de las obras de un puente de piedra que ha de hacer sobre el río. Formado por arcos, el puente constituye una pieza única entre este tipo de obras medievales. Forma parte del espacio incluido en Paisaje Protegido de la Desembocadura del Mijares.
La Torre Motxa es el principal testigo vivo del pasado medieval de la ciudad. Último resto de la muralla defensiva que rodeaba Vila-real, junto con la Casa de l'Oli, la Torre Motxa delimitaba la esquina sureste del recinto amurallado. La torre fue reconstruida en 1424 y en su base puede verse todavía un pequeño enrejado que fue parte de las salidas del alcantarillado de la antigua ciudad en la Edad Media.
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